Hoy, me doy cuenta de las personas que verdaderamente valen la pena, esas que aunque las cosas no vayan bien, no sueltan tu mano, las que secan tus lagrimas, o son capaces de pasarse una noche en vela para estar a tu lado. Hoy, puedo decir que las personas que más merecen la pena, se cuentan con los dedos de una mano (aunque en mi caso, de dos).
Hoy brindo por ellas. Porque SIEMPRE sigan ahí, demostrándome su cariño. Por ellas y él.