sábado, 28 de septiembre de 2013

Añoranza.

Día triste.

No sé si es porque el cielo y la lluvia entristecen todo, o simplemente porque es el sentimiento que siento.
Al igual que la lluvia se desliza poco a poco por el cristal, las lágrimas que brotan de mis ojos, resbalan poco a poco por mis mejillas.

Supongo que hoy siento melancolía. Añoranza. Sí, le extraño. Y nadie se puede hacer una idea de cuanto...
Cada vez que me preguntan si le echo de menos.. no sé ni que contestar... ¡Pues claro que le echo de menos, cómo no voy a echarle de menos! Sería absurdo no hacerlo.. Cómo me voy a olvidar de él... Es completamente imposible. 
Todas las mañanas me levanto extrañando sus "buenos días" y todas las noches echo de menos sus "buenas noches". Recuerdo hasta su olor. Su manera de calmarme. Todo. Extraño todo lo que hacíamos juntos.
Le extraño a él... ¡y de qué manera!

Pero supongo que ya es tarde... Ahora todo lo que ronda por mi mente son recuerdos. Recuerdos de todos y cada uno de los momentos que hemos vivido juntos. Esos sueños que se quedaron en eso, sueños.

Sí, le necesito... Pero...

viernes, 27 de septiembre de 2013

Tan sólo una vez más...

" La calle está vacia, hay lluvia en el cristal, la tarde es tan fría y no te veo pasar . Yo te espero y espero y desespero en tu ausencia.. Y si fuera capaz de mirarte y decir lo que siento. Si pudiera tenerte más tiempo del tiempo que tengo, si pudieras venir a mi lado tan solo un momento 
Si solo fuera capaz de romper el silencio. Retenerte en el tiempo. Eres la razón de mí ser, mi anheló mi perder. Mi destino. Ahora solo vuelve y quédate conmigo."

Tan sólo una vez más. Sólo una vez más.

Y ..



Y le seguiré echando de menos...
Y le querré...

jueves, 26 de septiembre de 2013

Sí, lo echo de menos..

Echar de menos momentos que no se te van de la cabeza, da igual que sean buenos, malos o regulares.. Echar de menos miradas. Esas que decían más que mil palabras; esas que sólo nosotros comprendíamos, o las que buscábamos entre la gente.
Echar de menos esos abrazos que tanto calmaban en momentos tensos.
Echar de menos una simple caricia. No tan simple y tan necesaria a la vez.
Echar de menos escuchar un "te quiero" de su boca. Algo que nos hacía sentirnos tan queridos, tan sensibles, tan sentimentales, y ¿por qué no decirlo? tan cursis el uno con el otro.
Echar de menos caminar por la calle a su lado. Hacer el tonto por la calle...

Sí, lo echo de menos. ¿Y qué?
Ahora mismo no puedo sentir otro sentimiento que no sea ese. Añoranza.
Sentirme tonta por haber perdido todo eso y mucho más.

No nos vamos a engañar, me encantaría tener una máquina del tiempo, y retroceder. Volver a vivir todos y cada uno de esos momentos.

Lo extraño. Lo echo de menos. 

LE ECHO DE MENOS.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Duele..

Echar de menos, duele.
Pensar en el pasado, duele.
Recordar los momentos que juntos vivimos, duele.
Recordar su olor, duele.
Soñar con algo que no volverá, duele.

Todo duele. Y mucho.
Y lo que más duele, es no poder hacer nada al respecto. Eso sí que duele.

martes, 24 de septiembre de 2013

Todo se viene abajo..

¿Alguna vez habéis tenido la sensación de salir a la calle y que todo se os venga encima? 
Es la peor sensación que se puede tener.. y más cuando todo alrededor tuyo se ha derrumbado...y en parte, continua derrumbándose.
Dicen que las desgracias nunca vienen solas, y yo últimamente he comprobado que es cierto. Lo peor de todo es que cuando algo sale mal, todo lo que le rodea también sale mal. Así las ganas de seguir adelante son mínimas, por no decir inexistentes. Las únicas ganas que tienes son las de meterte en la cama, cerrar los ojos y que todo "desaparezca" un poco, no hablar con nadie, no saber nada de nada... aunque en muchas ocasiones, por no decir casi siempre, es imposible desconectar de la realidad.

Todo se ha venido abajo, sí. Piensas en el pasado y todo se viene más abajo. Ahora lo único que quedan son los recuerdos...

¿Tirar "pa'lante"? ¿Para qué?

lunes, 23 de septiembre de 2013

Volver a la infancia..

En días como hoy, me encantaría volver a ser niña. Esa niña de 7 u 8 años que era feliz, alegre... La que no sufría por nada. El único sufrimiento que tenía era que se rompiera su juguete favorito, que le regañaran en el colegio o en sus padres, o porque sus padres no le dejaran ver sus dibujos animados favoritos. A esa niña no le preocupaba nada más.
Sin embargo, la infancia acabó. Desgraciadamente para ella. Ahora todo es más complicado, más difícil... Pero tendré que salir adelante.
La vida continua, y con sus dificultades y obstáculos, algunos más sencillos que otros. Pero aún así, dificultades al fin y al cabo.
Como bien me han dicho hoy "la vida nos pone pruebas" para ver cómo somos capaces de superarlas. Pero, a veces, esas pruebas no son como desearíamos. 
Ojala todo fuera tan fácil como lo pintábamos cuando somos pequeños... Lamentablemente no es así. Y eso duele.