viernes, 26 de noviembre de 2010

Un beso....

Me levanto, me siento a su lado y le doy un beso. Largo, larguísimo, con los ojos cerrados. Un beso totalmente libre. Y el viento intenta pasar por nuestros labios, nuestras sonrisas, nuestras mejillas, entre nuestro pelo... Nada, no lo consigue, no pasa. nada nos separa. Sólo oigo pequeñas olas que se rompen debajo de nosotros, la respiración del mar, que resuena en nuestras respiraciones que saben a sal. Y a él. Y por un instante tengo miedo. ¿De tener ganas de perderme otra vez? ¿Y después? ¿Que pasara? Bah. Me relajo. Me pierdo en ese beso. Y abandono ese pensamiento. Porque es un miedo que me gusta, sano.

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